Leer la colección Best Seller de Oveja Negra: una aproximación metodológica
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Resumen (es)
En el siguiente ensayo se presenta una propuesta metodológica que permita abordar el estudio de la colección Best Seller de la editorial colombiana Oveja Negra. Se aclaran algunas categorías y conceptos que ubican al estudio histórico de la lectura en un triángulo donde se conjugan el texto, la forma material y las significaciones que los lectores generan. El corpus de estudio comprende 100 títulos seriados de los cuales, para efectos prácticos, fueron seleccionados ocho con el fin de acotar y proponer una serie de instrumentos que permitan avances en la investigación. Este ensayo se divide en varias partes donde se intenta reconstruir en paralelo el contexto de aparición de la colección y las implicaciones teóricas que el fenómeno demanda.Resumen (en)
Resumen (fr)
Referencias
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Cómo citar
Artículo de investigación
Leer la colección Best Sellers de La Oveja Negra: una aproximación metodológica1
Fabián Andrés Gullaván Vera2
1 Artículo de investigación, avance del proyecto de investigación «La edición en Colombia a través de Oveja Negra: estudio de dos colecciones (1984-1986)». DOI: https://doi.org/10.15332/ s0120-8454.2018.0092.02
2 Profesional en Estudios Literarios, Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de la Maestría en Estudios Editoriales, Instituto Caro y Cuervo. Codirector de Filomena Edita. Dirección postal: Cr. 30 # 52-56. Correo: [email protected]. Usuario Orcid: http://orcid.org/0000-0001-5897-4930
Recibido: 30 de junio de 2017 - Aprobado: 18 de octubre de 2017
Resumen
El siguiente trabajo presenta una propuesta metodológica que permite abordar el estudio de la colección Best Sellers de la editorial colombiana La Oveja Negra. Se aclaran algunas categorías y conceptos que ubican al estudio histórico de la lectura en un triángulo donde se conjugan el texto, la forma material y las significaciones que los lectores generan. El corpus de estudio comprende cien títulos seriados de los cuales fueron seleccionados ocho con el fin de acotar y proponer una serie de instrumentos que permitan avances en la investigación. El artículo se divide en varias partes que intentan reconstruir el contexto de aparición de la colección en paralelo con las implicaciones teóricas del fenómeno.
Palabras clave: lectura, edición, industria del libro, cine, Colombia.
Read the Best Sellers collection by La Oveja Negra: A methodological approach
Abstract
The following article presents a methodological proposal which allows to approach the study of the Best Sellers collection of the Colombian publishing house La Oveja Negra. This clarifies some categories and concepts that place the historical study of reading in a triangle that combines the text, the material form and the meanings that readers generate. The corpus of the study comprises 100 titles arranged in a series, of which, for all practical purposes, 8 were selected to delimit and propose a group of instruments that allow for progress in this research. This article is divided into various parts, in which an attempt is made to simultaneously reconstruct the context of appearance of the collection and the theoretical implications that the phenomenon demands.
Keywords: reading, publishing, book industry, cinema, Colombia.
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Résumé
Ce travail propose une méthodologie de lecture de la collection Best Sellers de la maison d’éditions colombienne La Oveja Negra. Par ailleurs, nous réflechissons autour de quelques catégories qui permettent de situer la lecture au milieu du traingle formé par le texte, sa concrète matérialité et la signification crées par les lecteurs. Le corpus est composé de cent titres dont nous avons sélectionné huit, dans le but d’affiner des outils d’analyse. Cet article prend en compte, simultanément, la parution de cette collection ainsi que ses implications théoriques.
Mots clés: lecture, edition, industrie du livre, cinéma, Colombie.
Introducción
El estudio de los procesos de edición y lectura en Colombia es precario. A lo mejor por la falta de una tradición disciplinar concretizada o por las dificultades en el acceso a archivos, que los investigadores deben sortear con regularidad. Historiar la lectura y la edición en un país es un proceso largo que requiere el trabajo colaborativo en red tanto de la academia como de la industria. Para aportar a esto, en el desarrollo de la presente investigación he optado por concentrarme en la década de los ochenta, pues durante este periodo los cambios normativos y renovaciones técnicas permitieron un boom de la industria gráfica y editorial de Colombia. Para entender las implicaciones de esta transformación, la editorial colombiana La Oveja Negra (en adelante, LON) resulta un caso destacado en el que se conjugaron maniobras administrativas y comerciales con la pretensión de producir libros de fácil acceso a una gran cantidad de lectores.
Este artículo presenta algunas consideraciones metodológicas que han surgido en el desarrollo de la investigación. En específico, se aborda la colección Best Sellers3, publicada entre 1984 y 1986, y se desarrollan algunas reflexiones al respecto.
Primer problema: estudiar una colección
La aparición de un producto cultural no asegura ni su recepción ni su impacto. En las prácticas literarias confluyen distintos agentes que suman o quitan valor. Según Bhaskar (2014), el trabajo de los editores implica varios procesos: filtrado, enmarcado y amplificación de los contenidos. Es decir, el trabajo editorial implica seleccionar un contenido (para un público), adaptarlo al formato requerido y gestionar la difusión (promoción) y el acceso (canales de distribución y venta). Por ello, entender los mecanismos de edición, difusión y recepción de las obras escritas ayuda a entender la vigencia, circulación y significaciones de los textos.
Una estrategia de enmarcado usada por los editores desde el siglo XIX es la biblioteca o colección. Esta permite organizar disciplinas, consagrar autores, posicionar un sello, proyectar económicamente las empresas culturales, ampliar la base de lectores, instruir de manera popular, entre otras. Como señala Mollier (2017, p. 16), cuando las obras son agrupadas en colecciones, bibliotecas o series adquieren una significación que, en principio, no necesariamente tienen. La colección se configura como “artefacto material y hecho de sociedad […] el papel de algunas colecciones ha incidido en la formación de los cánones nacionales y de su influencia en el sentido que ciudadanía e identidad revisten” (Rivalan y Nicoli, 2017, p. 19). Además, se puede asumir que las colecciones juegan un papel en la construcción y estructuración de las disciplinas (historia, ciencias, medicina, literatura, etc.), así como en la definición de un canon y de un régimen cultural que se establecen en cada época.
Así, al pensar en una colección popular debe advertirse que su carácter “popular” no remite a productos culturales de menor valor estético o a la reducción de su contenido y forma para facilitar la lectura. En su lugar, esta expresión implica que se trata de un artefacto editorial pensado para llegar a un gran número de consumidores, pues las estrategias para este cometido se acercan a la administración empresarial y la producción industrial, que permiten reducir costos. Mediante una estrategia de producción en masa, a bajo costo, junto con la aparición de puestos de venta de libros en semáforos, LON logró editar libros pensados para ser consumidos por una creciente clase media. En ese sentido, dicho producto cultural no discriminó por clase, raza, estatus social o ideología política. Se trató simplemente de una colección que se proyectó para ser consumida por una numerosa y creciente masa de lectores.
Segundo problema: estudiar el fenómeno best seller
En el imaginario colectivo la expresión best seller remite a una tipología de producto editorial que tiene un desarrollo comercial acelerado, estrepitoso y del que se suele decir que es pobre en cuanto a calidad literaria, que está escrito “a las carreras” y que se dirige a una masa que no suele realizar grandes intelecciones en su lectura. Sin embargo, sobre las problemáticas que suscita este tipo de producto editorial, David Viñas (2009) ha escrito todo un libro que aclara un poco lo que es y no es un best seller.
Siguiendo a Lahire (2004, p. 180), este estudio no piensa el best seller como un objeto cultural apropiado única y exclusivamente por la clase popular. Si bien el corpus que compone la colección comparte el hecho de que no se trata de obras demasiado eruditas, especializadas o cultas, es inviable pensar que estos libros fueron leídos solamente por el público objetivo de dicha colección.
En este punto conviene asumir que no debe pensarse esta colección como una serie de obras escritas que contienen en sí mismas altas expectativas comerciales o de difusión, sino que se trata de la disposición en formato impreso de obras que ya contaban con reconocimiento en el cine:
Los teóricos de la recepción nos lo han contado muchas veces: nadie se acerca por primera vez a una obra literaria desde un vacío informativo absoluto porque siempre hay algo en ella, ciertas señales más o menos explícitas, que predisponen al lector para un determinado tipo de recepción. La obra recuerda otras obras ya leídas, nos pare oírla dialogar con ellas, o dialogar con todo un género literario, y se activan así ciertas expectativas de lo que va a encontrarse al recorrerla durante la lectura. (Viñas, 2009, p. 12)
Por supuesto, este tipo de productos tienen un desarrollo comercial y publicitario mucho más amplio que las obras consideradas steady seller o las llamadas long seller. Esto nos enfrenta con un problema mucho más amplio:
Se trata de un fenómeno multifactorial que afecta de lleno no solo a la teoría y a la crítica literarias, sino también al estudio de la cultura, a la mercadotecnia, a las ciencias económicas, a los medios de comunicación, a la publicidad, al mundo editorial, a las agencias literarias, etc. (Viñas, 2009, p. 18)
Por lo anterior, Best Sellers es un artefacto editorial (Mollier, 2017) que reúne un repertorio de textos ya publicados, los cuales parecen satisfacer el horizonte de expectativas (Jauss, 1976) del gran público que la colección se propone alcanzar. Así, se puede pensar que es preciso tener dos precauciones: 1) no se pueden denominar todas las obras como “populares” en sí, pues los títulos abarcan muchos géneros, algunos insertos en la literatura culta; 2) estos han tenido una existencia editorial (e incluso multimedial) previa. Como ya hemos visto, en muchos casos las colecciones sirven para ponen a circular obras ya existentes de nuevo y para otros públicos. Esto no solo permite y provoca diferentes actos de lectura, sino que añade otros niveles de consagración y reconocimiento que pueden venir de los círculos eruditos o de otros ámbitos: se señalan especialmente aquellos autores que han obtenido el Premio Nobel o cuyas obras han sido llevadas al cine. No solo un patrón cultural prestigioso constituye segura guía para quien aún no tiene suficientes elementos propios de juicio: un medio masivo de comunicación puede servir para atraer nuevos lectores. (Romero, s. f.)
Entonces, en el estudio de los actos de lectura de esta colección es necesario considerar ambas esferas de significación: lectura de texto impreso y lectura de material fílmico. Si bien no se trata de procesos contrarios, es necesario pensar en el desarrollo de ambos y concebirlos como complementarios dadas las características y limitantes de cada formato. Así, aunque se trate de la misma obra, cada acto de lectura demanda una disposición especial (en mayor o menor medida) del lector.
Iser señala que “la versión filmada de una novela neutraliza la actividad de composición propia de la lectura. Todo puede ser percibido físicamente sin que yo tenga nada que aportar ni que los sucesos requieran mi presencia” (1989, p. 156). En ese sentido, es muy distinto el acto de lectura de una película, que es cerrada y demanda un lector-espectador, que la lectura de impresos, la cual, para Iser, requiere de un lector que complete mediante su interpretación y horizonte de expectativas las significaciones propuestas por el autor.
Oveja Negra, breve historia y contexto
En el último medio siglo LON ha sido hogar de escritores del canon tanto universal como nacional. Su importancia en el campo cultural colombiano muchas veces se ve desdeñada por protagonizar turbios episodios, pero se ignora que durante varios años fue, según testimonios de diversos escritores, una de las pocas opciones para que autores pudieran publicar sus textos (literarios o no) en el país.
Dicha editorial fue fundada en 1968 y desde entonces no ha parado de editar. Por esta razón, en la actualidad tiene en su haber un poco más de 2300 títulos publicados. Ha contado, por ejemplo, con tirajes de obras de García Márquez que llegaron al millón de ejemplares, y desde su fundación ha tenido vigencia como institución literaria (Dubois, 2014) (tal vez ahora reducida, pero en todo caso ininterrumpida), incluso hasta ser considerada por Gustavo Cobo Borda como “uno de los puntos importantes dentro de la historia de la producción editorial de Colombia” (2000).
Desde su fundación, la editorial se establece en el campo intelectual (Bourdieu) de la época y desempeña un importante papel en la producción de bienes de consumo cultural, así como en la promoción de conocimiento en ciencias sociales y humanas accesible para la clase media y obrera en Colombia. Es decir, libros de bajo costo.
Según Vicente Kataraín (comunicación personal, 2014), actual gerente de la editorial, en 1968 un grupo de jóvenes profesionales antioqueños liderados por Juan Manuel Ospina e Iván Saldarriaga, impactados por el mayo del 68 de París, fundaron LON en Medellín con el concepto de que la cultura era una “oveja negra” en Colombia. En consonancia con la formación de sus fundadores y ante la inexistencia de una política estatal cultural, al inicio la editorial publica libros de ciencias sociales y con temáticas de izquierda. Este gesto ha sido interpretado por Cobo Borda como una actitud política en el contexto de una clase media que, debido a las restricciones para acceder a la cultura (privilegio de las élites), prescindía de este tipo de publicación:
La Oveja Negra fue fundada el 5 de diciembre de 1968 por un grupo de 11 personas que no pertenecían a ningún partido político y que como jóvenes profesionales acababan de terminar su carrera universitaria como sociólogos, ingenieros, médicos o arquitectos. Buscaron divulgar lo que sería un sensible cambio en nuestras ciencias sociales a partir de una asimilación y versión al español de libros como la Contribución a la crítica de la economía política, de Marx, y otros de Stalin, Trotski, Ernest Mandel, André Gunder Frank, Theotônio dos Santos. Pero el primer best seller de la editorial, los Estudios sobre el subdesarrollo colombiano, de Mario Arrubla, que llegó a ser texto obligatorio en las universidades y alcanzó una docena de ediciones, era un producto nacional. (Cobo Borda, 2000, p. 176)
Luego, cuando LON es vendida en 1977 y trasladada a Bogotá, incursiona en la venta de obras literarias que incluyen “clásicos” de la literatura universal y de la colombiana. De acuerdo con Kataraín, la editorial tuvo entre sus socios a Gabriel García Márquez desde mayo de 1977 y por ocho meses más. Al parecer, en la compra de la editorial participaron algunos de los miembros de Revista Alternativa, reconocida por su activismo crítico al final de los setenta e inicios de los ochenta. El cambio de dueños implicó para LON también la redefinición de su mercado y los contenidos a publicar: pasó de los libros de educación en ciencias sociales, economía y demás a la literatura. Sin duda, el éxito editorial más importante en sus primeros años luego de la compra, con Kataraín al frente, fue la publicación de Crónica de una muerte anunciada (1981) con un tiraje de un millón de ejemplares, que fueron vendidos no solo en Colombia sino en toda Latinoamérica (LON sirvió incluso como proveedor de editoriales mexicanas).
LON ha publicado literatura infantil, juvenil, clásica, autores contemporáneos de los últimos cuarenta años; ensayos de política, economía y ciencias sociales; humor, música clásica, pop-ups, guías de lectura, novelas gráficas, entre otros géneros y formatos. De hecho, el catálogo de LON es uno de los más amplios y prolíficos en la historia de la edición en Colombia. Según su página web, la editorial ha publicado más de 2120 títulos diferentes4, siendo tal vez la editorial colombiana de mayor número de títulos publicados en la historia del país. Entre sus colecciones más destacadas se encuentran las siguientes, que incluyen 1250 escritores:
1. Historia Universal de la Literatura: 100 libros.
2. Obras Maestras de la Literatura del Siglo XX: 100 libros.
3. 100 Novelas Best Seller del Cine.
4. Las 100 Mejores Novelas de Aventuras.
5. Mi Primera Biblioteca Infantil: 60 libros.
6. Libros infantiles, pop-up, animados: 80 libros.
7. Maestros de la Literatura Universal: 100 obras en 5 tomos.
8. Novelas de suspenso: 40 títulos.
9. Biblioteca de Literatura Colombiana: 120 títulos.
10. Historia de la Literatura Latinoamericana: 80 libros.
11. Biblioteca de Literatura Ecuatoriana: 50 títulos.
12. Obras Inmortales de la Literatura: 100 títulos.
13. Guías de lectura para estudiantes: 40 títulos.
14. Colecciones de personajes de humor: bande dessinée (Olafo, Pepita, Disney, etc.) 140 títulos.
15. Maestros de la Literatura Latinoamericana: 80 autores en 20 tomos. (La Oveja Negra, 2017)
Colección Best Sellers: una empresa cultural transatlántica
Dado el éxito en la producción de Crónica de una muerte anunciada LON demuestra que tiene la capacidad administrativa y productiva para emprender proyectos grandes. Eso, sumado a las relaciones contractuales que tuvo con la agencia de Carmen Balcells, hace que obtenga los derechos para producir en Latinoamérica varias de las colecciones creadas por RBA.
Es preciso recordar que dicha editorial fue fundada en 1981 por el empresario argentino Ricardo Rodrigo, en asocio con Carmen Balcells y Roberto Altarriba, exdirectivo de Editorial Bruguera. RBA es el acrónimo formado por las iniciales de sus tres apellidos y desarrolló proyectos editoriales (edición de libros, revistas y coleccionables) en ambos lados del Atlántico. Entre sus proyectos trasatlánticos han de mencionarse colecciones como Historia de la Literatura Universal, Obras Maestras de la Literatura del Siglo XX, Grandes Aventuras y Best Seller, cada una con más de cien títulos y tirajes próximos a los 3000 ejemplares para Colombia.
En el momento en que se conciben estos proyectos, LON cuenta ya con una capacidad instalada que le permite incluso satisfacer la demanda de la zona andina (Vesga Fajardo, 1986). En paralelo con editoriales mexicanas y argentinas, RBA emprendió lo que sería la reconquista del público latinoamericano mediante la fórmula de colecciones que recogen “lo mejor” de la literatura en distintas categorías, con tirajes masivos, bajos costos de producción y módicos precios de venta al público.
Ahora bien, para efectos del presente trabajo me concentraré en la colección Best Sellers atendiendo a la propuesta de Chartier sobre una consideración tripartita que involucra el análisis textual de las obras, la “historia de los libros, y más allá de ellos, de todos los objetos y todas las formas que vehiculan lo escrito” (1996, p. 24) y el estudio de las prácticas que dotan de significación a dichos objetos.
Así pues, primero presentaré el listado casi completo de los títulos aparecidos en Best Sellers:
1. Alex Haley. Raíces.
2. Eric Segal. Love story.
3. León Uris. Éxodo.
4. Ken Kesey. Atrapado sin salida (Alguien voló sobre el nido del cuco).
5. Peter Benchley. Tiburón.
6. Avery Corman. Kramer contra Kramer.
7. George Lucas. La guerra de las galaxias.
8. James Jones. De aquí a la eternidad I.
9. James Jones. De aquí a la eternidad II.
10. Arthur Hailey. Aeropuerto.
11. James Kahn. El regreso del jedi.
12. Bob Woodward y Carl Bernstein. Todos los hombres del presidente.
13. Hermann Hesse. Siddharta.
14. Campbell Black. En busca del arca perdida.
15. Truman Capote. A sangre fría.
16. Jacqueline Susann. El valle de las muñecas.
17. Lew Wallace. Ben-Hur.
18. Pearl S. Buck. Ven, amada mía.
19. Bram Stoker. Drácula.
20. Delos Lovelace. King Kong.
21. Erich Maria Remarque. Sin novedad en el frente.
23. Henry Miller. Trópico de Cáncer.
24. Alfred Hitchcock (varios autores). Historias para leer a plena luz.
25. Giovanni Giuseppe Guareschi. Don Camilo.
26. Margaret Mitchell. Lo que el viento se llevó I.
27. Margaret Mitchell. Lo que el viento se llevó II.
28. Isaac Asimov. Fundación.
29. James M. Cain. El cartero llama dos veces.
30. Donald F. Glut. El imperio contraataca.
31. Jack London. Colmillo blanco.
32. Emilio Salgari. Los piratas de Malasia.
33. Graham Greene. El americano impasible.
34. Vicky Baum. El ángel sin cabeza.
35. H. G. Wells. La guerra de los mundos.
36. Ernest Hemingway. El viejo y el mar.
37. James Clavell. Tai-Pan I.
38. James Clavell. Tai-Pan II.
39. Jules Barbey D’Aureville. Las diabólicas.
40. Raymond Chandler. El largo adiós.
41. Michael Crichton. La amenaza de Andrómeda.
42. Truman Capote. Desayuno en Tiffany’s.
43. E. M. Nathanson. Los doce del patíbulo I.
44. E. M. Nathanson. Los doce del patíbulo II.
45. León Uris. Topaz.
46. John le Carré. El espía que surgió del frío.
47. Oscar Wilde. El retrato de Dorian Gray.
48. Harper Lee. Matar un ruiseñor.
49. Giuseppe Tomasi di Lampedusa. El gatopardo.
50. Morton Thompson. No serás un extraño I.
51. Morton Thompson. No serás un extraño II.
52. Arthur Conan Doyle. Aventuras de Sherlock Holmes.
53. Isaac Asimov. Fundación e Imperio.
54. Miguel de Unamuno. Niebla.
55. Dashiell Hammett. Dinero sangriento.
56. D. H. Lawrence. La serpiente emplumada.
57. Erskine Caldwell. El camino del tabaco.
58. Herman Melville. Moby Dick I.
59. Herman Melville. Moby Dick II.
60. Alfred Hitchcock (varios autores). Prohibido a los nerviosos.
61. Edgar Allan Poe. Historias extraordinarias (Narraciones extraordinarias).
62. James Hadley Chase. El secuestro de miss Blandish.
63. R. L. Stevenson. Aventuras de un cadáver.
64. Carson McCullers. Reflejo en tus ojos dorados.
65. León Tolstoi. La guerra y la paz I.
66. León Tolstoi. La guerra y la paz II.
67. Raymond Chandler. El sueño eterno.
68. Ernest Hemingway. Fiesta.
69. Thomas Mann. Muerte en Venecia.
70. Isaac Asimov. Segunda Fundación.
71. Stephen Crane. La roja insignia del valor (El rojo emblema del valor).
72. Fiódor Dostoievski. El jugador.
73. Alexander Solzhenitsyn. El primer círculo I.
74. Alexander Solzhenitsyn. El primer círculo II.
75. Mary Shelley. Frankenstein.
76. Elsa Morante. La isla de Arturo.
77. G. K. Chesterton. El hombre que fue jueves.
79. Ross MacDonald. El hombre enterrado.
80. Charlotte Brontë. Jane Eyre.
81. Guy de Maupassant. Bel Ami.
82. Daniel Defoe. Diario del año de la peste.
83. Vicky Baum. El lago de las damas.
84. William M. Thackeray. Barry Lyndon.
85. Eric Ambler. Viaje al miedo.
86. Honorato de Balzac. Papá Goriot.
87. Fiódor Dostoievski. Humillados y ofendidos.
88. David Morrell. Acorralado (Rambo, primera sangre).
89. Daniel Defoe. Robinson Crusoe I.
90. Daniel Defoe. Robinson Crusoe II.
91. Franz Kafka. La metamorfosis.
92. R. L. Stevenson. El Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
93. Nicolai Gogol. Almas muertas.
94. Ponson du Terrail. Aventuras de Rocambole I.
95. Ponson du Terrail. Aventuras de Rocambole II.
96. Charles Dickens. Tiempos difíciles.
97. Máximo Gorki. La madre.
98. D. H. Lawrence. El amante de Lady Chatterley.
99. Julio Verne. La vuelta al mundo en 80 días
100. Henry Miller. Trópico de Capricornio.
Se advierte que, aunque se anunciaba como una serie de cien títulos, en varios casos se trató de obras fragmentadas en partes (por su extensión). Es el caso, por ejemplo, de Lo que el viento se llevó, Moby Dick o La guerra y la paz. Dicho esto, los títulos de la colección que fueron seleccionados para realizar el acercamiento metodológico son:
- Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell (n.os 26 y 27).
- King Kong, Delos W. Lovelace (20).
- Ben-Hur, Lewis Wallace (17).
- En busca del arca perdida, Campbell Black (14).
- El regreso del jedi, James Kahn (11).
- Kramer contra Kramer, Avery Corman (6).
- Atrapado sin salida, Ken Kesey (4).
- Tiburón, Peter Benchley (5).
Es necesario aclarar que esta selección obedece más a limitantes de tiempo y acceso a los libros en físico que a otros criterios más eruditos o humanísticos. Si bien se trata de una colección que aún hoy, treinta años después de lanzarse, circula en librerías de usados por precios que varían entre los 5000 y los 10 000 COP, es difícil conseguir todos los títulos. Es más común encontrarlos de manera individual y no agrupados, debido a la organización de estante por temas o autores. Aun así, el estudio debe pensarse en bloque.
Un aspecto que resalta de inmediato es que estos títulos corresponden a obras que fueron adaptadas al cine a lo largo del siglo XX. Esto tiene implicaciones transmediales que permiten explorar las distintas formas de acercamiento que los lectores tienen a los libros. Además, no se puede obviar la ya probada, y aún en práctica, estrategia de usar cubiertas de las películas para lograr una rápida identificación y relación entre productos culturales. Se distingue así el aprovechamiento de un acervo cultural masivo en el cual es preciso que el objeto de la transferencia circule, se ponga en escena y se inserte en redes que disponen ya de una estructura institucional. Reinscribir una transferencia en las relaciones de fuerza de un espacio fuertemente jerarquizado no solo nos permite comprender los mecanismos de funcionamiento de dicho espacio, sino también la importancia de las estrategias institucionales que el mediador pone en marcha para legitimar y posicionar su proyecto. (Zapata, 2016, p. 5)
Así las cosas, para entender un poco este mecanismo, en la siguiente tabla se propone una matriz básica donde se sistematizan datos que ayudan a entender la posición o el reconocimiento social de las obras literarias adaptadas al cine.
Los ítems “Actor o actriz en cubierta”, “Recaudo total película (millones de dólares)”, “Premios ganados” y “Puntaje IMDB” apuntan todos a determinar el nivel de popularidad o impacto que dichas películas han tenido. En un estudio más amplio estos datos serán cruzados para establecer posibles relaciones entre el impacto de las películas y la recepción de los libros de la colección. Para la aplicación al caso colombiano se ha iniciado la búsqueda de registros oficiales que den cuenta del desempeño comercial de dichos filmes en nuestro país. Sin embargo, esta tarea ha sido infructuosa hasta ahora.
Por otra parte, en la figura 1 se presentan las cubiertas. Es fácil identificar que se trata de los carteles promocionales de las películas. Por otra parte, hay tres elementos comunes en estas, a saber: 1) en el encabezado se presenta primero el nombre del autor e inmediatamente abajo, en un puntaje mucho mayor y de color rojo el título de la obra; 2) esto permite que sean usados casi dos tercios del espacio disponible para la imagen, que remite directamente a la película; y 3) en la parte inferior se consigna el número dentro de la serie, el nombre de la colección y el logo de LON.
Es de anotar que El regreso del jedi fue en principio un producto cinematográfico. Es decir, sigue una ruta contraria a la de los demás títulos de esta muestra, pues primero se produjo la película y luego, dado el éxito y la necesidad de seguir explotándola comercialmente, apareció el libro como obra derivada. No se trata pues de una adaptación al cine, sino de una reelaboración como texto escrito. Esto significa que, entre otras cosas, este es un producto pensado para un consumidor/lector que ya conoce la franquicia y desea complementar su experiencia mediante la adquisición de otros productos que hacen parte del canon de esta primera trilogía. De hecho, es sabido que, además de las ocho películas que ya fueron lanzadas, hay un enorme número de series, cómics, videojuegos, mercancía y otros tantos derivados que han sabido mantener fieles en estas décadas a los fans de la saga.
Leer Best Sellers
Como hemos visto, el problema a investigar requiere de un corpus conceptual que también abarque lecturas no textuales de las obras, como la lectura de imágenes. Se puede entender que estas categorías editoriales (colección, popular, textos basados en películas) buscan generar una lectura preferencial, que se entiende como una lectura dirigida o preferida, usual en los textos cerrados (cine), que no requieren de sobreinterpretaciones para disfrutarse. Los textos cerrados suelen estar más cercanos a la cultura popular. “La mayor parte de los textos massmediáticos son cerrados en la medida en que indican (‘prefieren’) una interpretación (‘lectura’) particular” (O’Sullivan, Hartley, Saunders, Montgomery y Fiske, 1995). En este caso, el tipo de lectura practicada en el consumo de una película se intenta trasladar a la práctica lectora de un texto. Por supuesto, esto se hace de acuerdo con el horizonte de expectativas de los lectores.
Por eso, en conversaciones con el librero de usados que me vendió los libros se detecta una tendencia de los consumidores a adquirir los títulos que en su versión cinematográfica lograron un nivel de consagración que los ubica en la constelación canónica de “clásicos del cine”. Esto se revela por la variación de precios en el momento de adquirir los libros. Según el librero, hay algunos que tienen más demanda que otros, como, por ejemplo, Lo que el viento se llevó, Atrapado sin salida y Ben-Hur. De nuevo, esta doble vía de recepción que involucra texto impreso y su versión fílmica supone a su vez un doble reto para determinar y delimitar los actos de lectura.
Cabe recordar que la intención manifiesta de este tipo de colecciones es la divulgación masiva y de bajo costo de obras con expectativas de retorno económico. Es decir, fue pensada para públicos con niveles de ingresos medios o bajos como, por ejemplo, estudiantes universitarios. En ese sentido, me parece interesante que aún hoy este sea el público que consume esos libros en particular. En conversaciones con el librero se dio a conocer que, en su mayoría, estos títulos son buscados por estudiantes de bachillerato o de primeros semestres de pregrado afines a la literatura y al cine. En una porción mucho más pequeña, en la actualidad, otro segmento de consumidores de esta colección se compone de personas mayores que buscan títulos que corresponden con algunos clásicos del cine.
De otro lado, es interesante notar que existe un booktuber peruano que ha subido un video donde habla específicamente de esta colección (Vicho, 2016). En este video menciona que adquirió y leyó estos libros durante su época de estudiante y que eran la opción más económica y de fácil acceso que tuvo a la mano. Aunque sea de forma limitada, esto ayuda a dilucidar el tipo de lector que se acerca a la colección en la actualidad.
Ahora bien, en cuanto a la recepción que esta tuvo en el momento de su aparición, se plantea la revisión de prensa, sobre todo los suplementos culturales. Cabe señalar que estos fueron escenario no solo de promoción, sino también de debate de las propuestas editoriales. De momento, por limitaciones espacio-temporales, se proyecta realizar esta etapa en los próximos meses.
Conclusiones
A continuación, enumero las conclusiones previas:
1. En los estudios editoriales, teóricos como Chartier insisten en el análisis tripartito en la historiografía de la lectura. Es necesario tener en cuenta el análisis textual de la obra, los modos de trasmisión material de las obras y las significaciones y representaciones que tiene el lector.
2. Para realizar un estudio más amplio de la recepción de las obras es necesario tener en cuenta, como comenta Zapata (2016), la poética de los soportes que configuran el enmarcado y la recepción de estas.
3. El estudio de la colección, en tanto artefacto editorial, ayuda a determinar tanto aspectos organizacionales y productivos de las editoriales como la reconfiguración de géneros o cánones.
4. El fenómeno best seller debe ser estudiado con cuidado y sin sesgos de carácter estético o comercial.
5. En el caso de LON es preciso tener en cuenta su capacidad instalada de producción y tercerización, así como las redes sociales e intelectuales que fueron tejidas por la relación Balcells-García Márquez-LON.
6. La colección Best Sellers de LON se configura como una de las empresas culturales colombianas de mayor envergadura e impacto: aún en la actualidad tiene efecto en los lectores.
7. Por el carácter de la colección, se plantea la necesidad de estudiar la recepción de las obras en función de una doble vía (cine-impreso). A su vez, es imperante realizar matrices que permitan cruzar datos como la cantidad de premios recibidos o el recaudo internacional para establecer si hay o no relación con el horizonte de expectativas de los lectores del impreso.
8. Del mismo modo, es necesario abordar el problema de los lectores de la colección en su contexto, es decir, en el momento en que aparece la colección y en el presente. Al tratarse de una colección que tuvo tirajes que básicamente inundaron el mercado, estos libros aún mantienen vigencia en los circuitos de libros usados.
Referencias
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Chartier, R. (1996). Comunidades de lectores. En El orden de los libros. Barcelona: Gedisa.
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Vicho (2016). Mi colección Best Sellers edit. Oveja Negra (novelas 80teras). Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=EUBsxa-_fu0
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Zapata, J. (2016). Algunas consideraciones metodológicas sobre la teoría de las transferencias culturales. Ponencia presentada en el Seminario permanente 2016. Segundo ciclo: transferencias culturales. Grupo de investigación Colombia: Tradiciones de la Palabra, Universidad de Antioquia, Medellín.
3 Para abreviar, en este artículo nos referiremos a esta colección como “Best Sellers”; sin embargo, cabe aclarar que el nombre con el que esta colección es referida por LON en su web es “100 Novelas Best Seller del Cine” (La Oveja Negra, 2017).
4 Dato desactualizado. De hecho, hasta el momento de escritura del presente texto la página web estuvo varios años sin actualizaciones.
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